jueves, febrero 17, 2005

Cinco sentencias de muerte y una investigación desesperada

Gran parte del público que disfrutó Amelie tenía ganas de ver otra historia similar. Yo, personalmente, no. Quería otra historia que me sorprendiera y que me cautivara, pero que no fuera otra vez lo mismo. A fin de cuentas Jean-Pierre Jeunet había firmado también Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos, lo que le convierte en el tercer director más imaginativo de la actualidad junto a Terry Gilliam y Hayao Miyazaki...
Y la verdad es que LARGO DOMINGO DE NOVIAZGO no decepciona. Su brillante comienzo, contando la historia de cinco soldados del ejército francés condenados a muerte por automutilarse para evitar ir al frente, marca el tono de la película, en equilibrio entre la estética y el golpe directo al corazón de Amelie y un relato negro crudo, muy alejado del buen rollito de aquélla. Si bien Jeunet se rinde a la ternura de la historia de amor desesperado de la protagonista, la misma Audrey Tautou, que da pie a los momentos más plácidos y cercanos a su anterior y exitosa película, es la investigación en torno a los condenados la que realmente engancha, mezclando intriga, drama y humor (esa escena en el archivo), presentando personajes extraordinarios (prácticamente todos los secundarios), y escenas resueltas con brillantez (la escena de la explosión del zeppelin, por ejemplo). Quedan en el aire cabos sueltos que probablemente respondan a obligados recortes a la trama del libro de Sebastien Japrisot, un excelente autor de novelas de misterio, también guionista y director de cine, cuya obra maestra, la genial Trampa para Cenicienta, parece que podría ser nuevamente llevada al cine en breve.
En suma, una película bastante recomendable.
GENIÓMETRO: 3,5/5 grouchos

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