martes, abril 05, 2005

Café y cigarrillos


El otro día me vi Coffee & cigarettes, el último trabajo de Jim Jarmusch. Admito que no es una película para todo el mundo. Hace falta tener algo de gafapasta para soportar minutos enteros de silencios incómodos entre desconocidos sentados a una mesa tomando café (y lo dice un tío que sólo hace cortos de dos personas hablando). Quizá por ello nunca estrenan las películas de Jarmusch en Zaragoza. Quizá por ello la única manera de conseguir ver esta película ha sido irme a Madrid y comprar una copia (por cierto, excelente) en el top manta.
La piratería no es tal cuando cubre carencias del mercado. Recuerdo haber oído contar a uno de los Violadores del Verso que en México la única manera de encontar sus discos (y, en general, cualquiera de rap, punk o cosas raras) era en el top manta, porque en las tiendas sólo tenían los discos "comerciales".
El caso es que la película deja una sensación un tanto extraña. Es una colección de once cortos sobre personas hablando en un bar mientras toman café y fuman cigarrillos. Su estructura capitular hace que sea irregular. Hay capítulos excelentes y otros bastante desaprovechados. Quizá el más flojo sea el primero, lo que no ayuda a entrar con buen pie en la película. Sin embargo, hay al menos tres impagables: el diálogo entre un desorientado Iggy Pop y un susceptible Tom Waits; el diálogo entre Cate Blanchett, estirada estrella de cine, y su vulgar e iracunda prima, interpretada por ella misma; y, el mejor de todos, el delirante encuentro entre un emocionado Alfred Molina y un distante y escéptico Steve Coogan en que el primero trata de convencer al segundo de que son primos.
La verdad es que el resultado, para basarse en los cortos-terapia que hacía Jarmusch para relajarse con el material sobrante después de rodar una película, es en general bastante bueno, con una serie de recursos dando unidad a la película (planos cenitales de las mesas, temas de conversación que se repiten...). En fin, una lección (once, en realidad) de cómo se puede contar una historia con una cámara y dos actores en torno a una mesa.
GENIÓMETRO: 3,5/5 grouchos

Por cierto, ese mismo día me compré el Fotogramas del mes que regalaban un DVD con cortos ganadores de un premio que habían convocado y, bueno, la verdad, ni el mejor de ellos llegaba a la suela de los zapatos del peor de Jarmusch. Un amigo me decía que es que en las bases decían que no hubiese sido presentado a ningún festival, "entonces claro, sólo se han presentado los que no admiten en ningún lado". Pues casi que va a ser verdad.

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