jueves, mayo 12, 2005

No sólo veo películas raras, también veo cine comercial

Haciendo estampa
Vale. Aceptémoslo. No hay quien se crea la historia del herrero de pueblo que, en plena época de las Cruzadas, sabe leer, es culto, es inteligente, es más laico que creyente, aprende a luchar en dos días, conoce las artes de la guerra como si las llevase estudiando cien años, es honesto hasta la estupidez, casi llega a Rey de Jerusalén y, sobre todo, sobre todo, lo que no me puedo creer de ninguna manera, ¡¡que tiene los dientes blancos!!
¿Hay alguna manera de hacer menos creíble a este personaje?
Sí, dándole el papel a Orlando Bloom.
Que está muy de moda, que ha funcionado muy bien en El Señor de los Anillos y que ya hacía de herrero en Piratas del Caribe... pero que sólo tiene dos expresiones faciales: "calma interior" y "frenesí interior". Y no muy distintas una de la otra, la verdad.
Además le ponen al lado a una mujer florero que no aporta nada a la trama (suprimir sus escenas no cambiaría nada, sólo acortaría la película), para que luzca más bonito aún.
Por cierto, que demasiado bonito es todo. Tan limpio, tan aséptico... da la impresión de que el Ajax lo inventaron hace mil años. En cualquier telediario salen pueblos más sucios que cualquiera de los de la película, y eso hoy en día que hay higiene. Y si pensamos que entonces los cristianos (los árabes sí, ojo) no asociaban todavía la suciedad con la enfermedad... Pero parece que las lavadoras de la época funcionaban de maravilla, porque van todos hechos un brazo de mar.
En fin, que es todo muy bonito. Todo de diseño. Todo más o menos como en Gladiator.
Vale, pero entonces, ¿por qué El Reino de los Cielos no va a ganar ni de casualidad los Oscars que ganó aquélla?
Pues porque en ésta todo lo demás está bien. De hecho, si te olvidas de ciertas incoherencias y te dejas llevar por la película, ésta es altamente disfrutable. La historia es interesante y con mensaje, es entretenida, bien rodada y, a pesar de las incoherencias del protagonista, incluso tiene sentido. Los secundarios están todos bien, especialmente Qui-Gon JinnLiam Neeson, el profesor LupinDavid Thewlis y Ghassan Massoud, cuya recreación de Saladino merecería, no un capítulo aparte, sino una película sobre el personaje. Creo que Edward Norton también debía estar bien, pero con un personaje al que no se ve la cara en todo el metraje, ver la versión doblada es un crimen que se lleva por delante una actuación basada en la voz.
Y, sobre todo, porque esta película puede inducir a pensar. Se podría hacer una lectura alegórica sobre la intervención americana en Irak, pero eso ha salido ya en todas partes. Es demasiado fácil. Propongo que alguien haga una lectura alegórica sobre Palestina y la constitución del Estado de Israel, si se atreven. Es más significativo.
Personalmente, para guerras medievales, me quedo con Los señores del acero. Sexo, violencia y suciedad. Qué pena que Verhoeven no pudiera hacer su proyecto sobre las cruzadas, aunque fuera con Schwarzenegger. Pero vamos, para pasar el rato, ésta no está mal. Mejor que Gladiator, que sólo era un remake caro adaptado a Roma de Gor II.
GENIÓMETRO: 2,5/5 grouchos

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