martes, agosto 23, 2005

Mis favoritos: Brazil

Una imagen que define la película Otro autor que tiene unas cuantas obras maestras es Terry Gilliam. Dentro de poco estrenarán su última película, la de los Hermanos Grimm, y ya estoy impaciente por verla. Pero de momento no estara mal que comente la que es muy probablemente su obra magna: BRAZIL (1985).
Película realizada aprovechando el rebufo del éxito de taquilla de su anterior Los héroes del tiempo, la cantidad de problemas que arrastró fueron las que condenaron a Gilliam a arrastrar para el resto de su carrera la consideración de director conflictivo. El más grave de los problemas fue un duro enfrentamiento entre el director y su productor, que se negó a estrenar y promocionar la película mientras Gilliam no aceptara hacer ciertos cambios (como recortar la duración, potenciar la comicidad y poner un final feliz), y quizá la película se hubiera quedado en un cajón de no ser por su sorprendente triple victoria en los premios de la crítica de Los Ángeles (mejor película, mejor dirección, mejor guión), sorprendente no por inmerecida sino por el hecho de que la película, a causa del conflicto, apenas había sido proyectada en un par de pases privados. Este éxito permitió el estreno de la película (sin apoyo de los estudios ni excesiva promoción, pero estreno a fin de cuentas) tal y como Gilliam quiso que fuera (bueno, más o menos: Gilliam no pudo rodar la mitad de las escenas oníricas que quería por falta de presupuesto, y por obligaciones contractuales tuvo que recortar su primer montaje en unos diez o quince minutos), convirtiéndose en una de las películas de culto de la temporada y obteniendo, pese a su estreno marginal, dos nominaciones a los Óscar.
Brazil se sitúa "en algún lugar del siglo XX", una ubicación intemporal que toma elementos de diversas épocas para crear una extraña mezcla partiendo de elementos familiares. Allí se nos cuenta la historia de Sam Lowry (Jonathan Pryce), un joven oficinista sin más ambición que la de pasar desapercibido para poder dedicarse a soñar; sin embargo, a raiz de un error burocrático encuentra a la chica de sus sueños y se ve obligado a enfrentarse a la terriblemente absurda vida real, con funestas consecuencias. Una mirada irónica a la pesadilla del mundo moderno, plagado de laberintos burocráticos, funcionarios inútiles y situaciones absurdas que llevaban hasta el límite de la tragedia los elementos básicos de la comedia pythoniana. Personajes impagables como los cirujanos estéticos, el camarero francés, la chica de los telegramas cantados, los odiosos fontaneros o el torturador que llama a su mujer por otro nombre para no tener que corregir a su jefe, y momentos inolvidables como la lluvia de documentos en el ministerio, la aparición del torturador con su inquietante máscara de niño mongol, o la desaparición del fontanero rebelde Harry Tuttle (un divertido Robert de Niro) literalmente consumido por el papeleo... todo ello vale su peso en oro, por no hablar del final que consigue que la melodía de la canción "Brazil", utilizada por Michael Kamen a petición de Gilliam como base y tema recurrente de toda la (también absolutamente genial) banda sonora, te ponga la carne de gallina.
Estéticamente poderosa, con una historia inteligentísima y un sentido del humor corrosivo y despiadado, es una película para verse mil veces. Sí, Terry Gilliam ha hecho otras obras maestras, pero quizá nunca estuvo tan completamente inspirado como en esta. Genial.
GENIÓMETRO: 5/5 grouchos

martes, agosto 16, 2005

Mis favoritos: Hom

Carlos Giménez haciendo historia ¡Hola! He vuelto después de haber estado desconectado una semana y lo hago para hablar de uno de mis cómics favoritos: Hom.
Carlos Giménez tiene a sus espaldas una buena lista de obras maestras, pero de todas ellas mi preferida es este monumento a la solidaridad humana. La historia del hombre que, autoexiliado de los suyos, sólo y sin rumbo, es manipulado por un hongo inteligente que cae sobre su cabeza, no es sino una metáfora de todos nosotros. Partiendo de un relato de Brian Aldiss, Giménez nos lleva en una espiral descendente en la que al protagonista se le obliga a ir cada vez más lejos, a hacer cosas que ni quiere ni nunca imaginó que pudiera hacer, hasta que, utilizado hasta el límite, está a punto de morir a causa del mismo parásito que lo ha estado utilizando durante toda la historia. Es entonces cuando toda la indignación, toda la rabia, todo el coraje, estallan, en un catártico capítulo final que resulta imposible leer sin que se te ponga la carne de galina, hasta que las voces que resuenan en la cabeza de Hom ("¡no es justo!", dicen) lo hacen también en la del lector. Cuando los villanos son derrotados, no por el individuo, sino por las manos unidas de sus víctimas (y casi parece que las mismas manso del lector empujan también), el mensaje está claro: el individuo no puede sobrevivir en soledad, necesita unirse con otros, solidariamente. Ése es el mensaje que brila en cada página de la obra. Y eso que, en el epílogo, queda claro que no es un camino fácil. Hom regresa de camino a su aldea, vuelve alí de donde huyó por no estar bajo el dominio de un tirano -ahora sabe que huir no es la solución y que todos juntos podrían derrotarle, pero no va a ser fácil. La última viñeta, con otro hongo-parásito acechándole desde las ramas de un árbol, demuestra que va a haber nuevos obstáculos, que nuevos enemigos acechan. Pero ahora Hom ya sabe cómo enfrentarse a ellos.
Giménez, auténtico maestro del cómic, alcanza sus mayores cotas de expresividad en esta obra. Sin la ternura de sus obras autobiográficas, pero también libre de las limitaciones espaciotemporales de la realidad para poder crear un mundo a la medida de sus necesidades narrativas, Giménez extiende sobre el papel todo su arsenal narrativo: la composición de página, el inteligentísimo manejo del ritmo de los textos, la utilización simbólica del paisaje, el manejo del claroscuro y del rayado, la espléndida utilización de los diferentes "planos" a su disposición (especialmente del primer plano del rostro del protagonista, puesto que su viaje interior es el motor de la historia). Todo pensado (y muy bien pensado) para agarrar al lector por el corazón y no soltarlo hasta la última página.
Carlos Giménez tiene muchas obras maestras. Pero, si me tengo que quedar con una, que sea ésta. Una obra inteligente, con mensaje, y conmovedora.
TEBEÓMETRO: 5/5 eisners

martes, agosto 09, 2005

Mis favoritos: La huella

Hace falta ser un poco retorcido para disfrutarla plenamente
Ya que este mes posteo con cuentagotas, he decidido dedicarlo a comentar mis películas, cómics, libros o discos favoritos. Así que este mes no va a tener desperdicio. Y comenzaré por mi película favorita: LA HUELLA (1972). Una obre maestra que supuso la última película de Joseph L. Mankiewicz, y que tiene la mejor interpretación posible de dos de los mejores actores de la historia del cine, Laurence Olivier y Michael Caine, que fueron ambos nominados al Oscar al mejor actor por esta película, y que (para mí, incomprensiblemente) no ganaron.
La película comienza con la visita que el joven Milo Tindle (Caine), un elegante peluquero de origen humilde, realiza al conocido escritor de novelas policiacas Andrew Wyke (Olivier), rico y de clase alta, con cuya esposa está liado. Wyke propone a Tindle que éste se cuele en su casa y robe unas joyas para poder mantener a su esposa y poder librarse de ella mientras él se queda con el dinero del seguro. Pero lo que en un principio parece una sencilla estafa acaba resulta ser un plan para un crimen perfecto y el comienzo de un juego de humillación en el que nadie quedará indemne.
Todo en la película resulta perfecto. Resulta difícil imaginar a nadie mejor que Olivier para representar al aristócrata engreído, orgulloso y xenófobo que es Andrew Wyke, y a nadie mejor que Caine para el cockney ascendente que es Milo Tindle. Los dos están colosales. Quizá en algún momento pueda parecer que están un poco sobreactuados, especialmente en los momentos más relajados y con menor tensión de la película, pero esto también contribuye a darle el tono apropiado al conjunto, siempre en equilibrio entre lo jocoso y lo dramático, entre lo lúdico y lo macabro.
Mankiewicz, que realiza aquí su testamento cinematográfico plasmando algunas de sus obsesiones (el engaño, las apariencias, la rivalidad entre las clases emergentes y las ya establecidas), no oculta en ningún momento el origen teatral de la historia (el propio autor de la obra original, Anthony Shaffer, firma el guión), e incluso lo potencia en lo que puede (y la sobreactuación puntual a que hacía referencia antes es también un elemento de esta teatralización), en un ejercicio de estilo (cuántas veces se utiliza esta expresión para no decir nada, pero qué bien funciona en esta ocasión) que lleva a cabo con todo el oficio de su larga experiencia como realizador. El director está tan inspirado que ¡los objetos interpretan! La sutilidad del montaje y de los planos de los diferentes objetos que pueblan la mansión de Wyke, desde diferentes ángulos y con diferentes iluminaciones, hacen que cada vez que uno de ellos es enfocado (especialmente el impagable muñeco del marinero jovial) tenga un significado diferente, a pesar de ser los mismos objetos que llevamos viendo toda la película. Contribuye también a ello el diseño de los decorados, que crean la atmósfera necesaria para la película: la abigarrada decoración, el salón lleno de juegos, el laberinto del jardín, el crucigrama en la pared del baño... todo impresionante y cuidado al más mínimo detalle, como muestra de la personalidad lúdica y macabra (perdón por repetirme pero no encuentro palabras mejores para definirla) del dueño de la mansión.
Y qué decir de la música. John Addison construye un tema monumental. La obertura con que se abre la película, ilustrada con maquetas que representan escenas de crímenes (extraídas, como explica más adelante Andrew Wyke al mostrárselas a su invitado, de las novelas que él escribe) y que no casualmente tienen un marco en forma de escenario teatral, es para mí uno de los mejores temas de la historia del cine, y eso es decir mucho; un tema que te introduce desde el primer momento en el tono de la película, que te atrapa antes incluso de que dé comienzo la película, e ideal para prologar un juego macabro como el que sigue.
Hablaría horas y horas sobre la película (que me he visto tantas veces y que aún sigo descubriendo detalles nuevos a cada revisión), sobre sus detalles, la psicología de los personajes... pero no quisiera destripar nada a aquellos que no la hayan visto.
En fin, una obra maestra.
UNA FRASE: ¡No me hable de juegos de humillación! ¡Ya sé bastante sobre eso! (Milo Tindle)
GENIÓMETRO: 5/5 grouchos

P.D.: Se rumoreaba que van a hacer una nueva versión con Caine en el papel que en su día hiciera Olivier y con Jude Law en el de Caine. Tiemblo de pensarlo. La historia seguirá teniendo fuerza y los actores son buenos, pero, ¿de dónde van a sacar un Mankiewicz?

lunes, agosto 01, 2005

Julay gratest hits

Y para ilustrar el post... ¡un artículo de regalo para que disfrutéis de las vacaciones! Mes de vacaciones, muchos blogueros se han ausentado... incluído yo, que sigo de vacaciones, pero que hoy me he acercado a postear. Y como cada mes, ahí va lo más destacado de la blogosfera reciente...

1. PERDIDOS: el juego de rol, cortesía de los chicos de ADLO! Sin desperdicio.
2. Hijo Tonto nos presentó una impagable guía de supervivencia para jóvenes. Imprescindible.
3. Absence se salió con su serie "Vidas ajenas". Pinchen aquí para leer, sucesivamente, las partes uno, dos, tres, cuatro, cinco y seis de esta inenarrable saga.
4. LVH sigue ofreciéndonos bocaditos de cine caspa: este mes comentó 3 dev adam, otra obra de culto del cine Z turco, y después la emprendió con la muestra de kung fu caspa Dentro de 3 días: lucha de serpiente de un dragón budista, que sólo el título ya asusta. Escalofriante.
5. Iván Sarnago reflexiona sobre el precio de los cómics, con continuación. La cruel realidad es ésta.
6. Stevie nos comenta los peores videojuegos basados en películas de la historia. ¡Demencial!
7. Mención especial a Álvaro, de Me tenéis contento, qué poco se prodiga pero qué bueno cuando aparece, no tiene desperdicio. Este mes sólo ha escrito un post, pero a qué nivel. Uno de mis blogs favoritos.
8. Borja se atreve a reseñar películas de las que otros críticos no se dignan ni en mirar la carátula. Dos ejemplos: Siniestro y La lavadora asesina.
9. AGAF nos explicó PRIMER. ¡El más difícil todavía!
10. Y concluímos con la constatación del gran momento de forma de los chicos de Cosas de Frikis, con una lista de sidekicks olvidados como momento más llamativo de un mes bastante inspirado. Aunque el post que me ha matado ha sido con el que han abierto agosto, que pese a no corresponder al mes no me resisto a incluirlo. Inenarrable. Genial.

ACTUALIZACIÓN 3-8: ¡Se me olvidaba! Yo ya he enviado mi colaboración al Certamen Banda de Diálogo. ¡Ahora os toca a vosotros!