martes, junio 24, 2014

Fin de ciclo


Se acabó el Mundial para España. Bastante antes de lo previsto, porque sólo como fracaso cabe definir su actuación en un torneo al que acudían como defensores del título. Se puede matizar que el sorteo fue duro, con dos rivales de mucho nivel en primera ronda (la vigente subcampeona Holanda y la muchas veces injustamente minusvalorada Chile), poniendo en evidencia el incomprensible criterio de la FIFA para elegir cabezas de serie (¿la subcampeona Holanda no es cabeza de serie pero en cambio lo son Colombia y Bélgica? ¿WTF?), pero aun así el rendimiento no fue nada bueno y ha puesto un triste final a una generación de jugadores que han firmado un triplete inimaginable (dos Eurocopas y un Mundial) pero que, finalmente, han acabado acusando su bajón físico y la pérdida de esa voracidad ganadora que quizá ya habían saciado.

No cabe reprocharle a Del Bosque que confiara en ellos una vez más, vistos los resultados anteriores y lo bien que había respondido el bloque en la fase de clasificación, que fue bastante exigente, teniendo como rival a una Francia regenerada, joven y talentosa (de su nivel están dando muestras en el campeonato) y a la que se logró superar. Pero la dureza de la temporada ha dejado tocado al equipo, que llegó a Brasil muy falto de fondo. El bajón físico ha llegado a varios jugadores clave prácticamente al mismo tiempo. El pésimo final de temporada de Xavi, Alonso o incluso Casillas, relegado a la suplencia en la Liga, era evidente para cualquiera que les viera jugar, pero quedaba la esperanza de que todavía tuvieran fútbol suficiente como para prestarle un último servicio a la selección. Por desgracia, a su lado les faltaron jugadores que pudieran taparles los agujeros que dejaban. Se ha echado de menos la seriedad defensiva del retirado Puyol o del injustamente discutido y finalmente descartado Arbeloa. Otras piezas clave del entramado defensivo, Busquets, Alba o Piqué, acababan de salir de lesiones y no estaban al 100%, pero eran piezas clave y no se podía prescindir de ellos. Tampoco el delantero centro Costa estaba bien, pero después de lo que había costado nacionalizarlo había que ponerlo sí o sí. Además, en su caso, se lo había ganado con una temporada memorable; es muy fácil decir a posteriori que no ha funcionado, pero ¿quién no quería tenerlo en el equipo hace un mes?

El relevo generacional es necesario ahora, incluso en el banquillo, donde se ha visto que al gran Vicente del Bosque le han temblado las manos a la hora de hacer cambios en el equipo. No se puede poner en duda al hombre que ha llevado a este grupo de jugadores a los mayores éxitos, pero las derrotas minan la unidad del grupo y hay jugadores que, ante los malos resultados, pueden haber empezado a cuestionar la autoridad del entrenador al considerar que ya no están jugando los mejores. Y es que se ha infrautilizado a mucho jugador de talento. Cesc (injustamente expulsado del Barça a silbidos) ha pasado al ostracismo. Javi Martínez, Juanfran, Koke o Mata merecían más minutos. Por no hablar de alguno que se ha quedado fuera como Isco, Llorente o un Gabi que resulta increíble no ya que no haya ido, sino que ni siquiera haya tenido una oportunidad en un amistoso.

Mención aparte lo de Villa, un jugador honesto y luchador, que incluso cuando no está en su mejor momento sale a comerse el campo cada partido. Es verdad que su temporada no ha sido muy buena, a la sombra de un enorme Costa, pero también es verdad que su despliegue físico al final de temporada demuestra que seguía siendo un jugador aprovechable. Siempre me quedaré con la sensación de que al Guaje no le han tratado justamente, que siempre ha tenido que luchar mucho más por su puesto de lo que, por ejemplo, el sobrevalorado Torres (que, sin menospreciar sus virtudes, a veces daba la sensación de que tenía que ser el delantero por decreto, incluso a costa de llevar al Guaje a jugar caído a banda), aún así es el máximo goleador de la historia de la selección y ha acabado la temporada marcando goles tanto en amistosos como en los minutos que ha tenido de Mundial aunque sea en un partido ya intrascendente... y ¿cual es su premio? ¡quitarlo del campo en el primer cambio! Qué diferencia con la confianza en cambio que le dan en Alemania a Klose, otro goleador al que dicen pasado y que siempre suma. El Guaje merecía un final mejor.

En cualquier caso, independientemente de quién siga y quién se quede, una época ha terminado. La España del tiki-taka ya es un mito, no sólo por sus títulos, sino porque se ha ganado un sitio entre los mejores equipos de la historia, algo que no siempre va de la mano. Algo muy difícil de repetir.